Una gran parte del mensaje que vas a transmitir depende de tu comunicación no verbal.
Si tu tono de voz y tu expresión facial y corporal no es coherente con lo que quieres comunicar, tu interlocutor creerá lo que expresa tu “comunicación no verbal” y no tus palabras.
Es difícil controlar tu subconsciente y, por mucho que hayas ensayado tu mensaje de la entrevista, éste puede estar comunicando lo contrario de lo que dices, sin quererlo.
Veamos algunos elementos que pueden ayudarte a mejorar tu comunicación:
Primero, controla los nervios.
La tensión de una entrevista nos puede jugar malas pasadas e inconscientemente puedes empezar a mover la rodilla, manipular un bolígrafo, juguetear con el pelo, rascarte la cabeza o hablar demasiado rápido.
Puesto que, en una entrevista, nos conviene mostrar una imagen de control, deberemos hacer un ejercicio de relajación.
En segundo lugar, procura mantener el contacto visual, de una forma natural.
El contacto visual con tu entrevistador es esencial: muestra tu confianza en ti mismo y tu interés por el puesto, por eso es tan importante.
El entrevistador estimará tu nivel de interés en función del contacto visual.
En una conversación normal -en la que se habla de algo que te interesa- mirarás a tu interlocutor, pero no fijamente ni todo el tiempo lo cual resultaría bastante extraño, esa es la idea.
Por lo tanto, apartar la mirada para toma notas cuando sea necesario o mirar a otro lado mientras piensas cómo responder a una pregunta, será perfectamente natural. En cambio, mirar cosas de la habitación mientras comentas algo resultará en un mensaje que no ayudará a tu candidatura.